El sector de las Artes Gráficas ha sufrido una gran transformación en los últimos diez años, especialmente debido a la implantación generalizada de las conocidas como nuevas tecnologías. La generalización del uso de la informática para muchas de las tareas tradicionales ha condicionado tanto la organización del trabajo como la profesionalización de los trabajadores. Muchos de los puestos de trabajo comunes durante décadas han quedado obsoletos y otros nuevos han nacido con la utilización de los nuevos medios.
El cambio más importante se ha producido en todas las tareas de pre-impresión, donde los cambios han supuesto una auténtica revolución; pero no sólo ahí.
Las imposiciones normativas emanadas de la Unión Europea han condicionado también una parte del sector, especialmente aquel que estaba más relacionado con la utilización de medios, maquinaria o productos considerados como agresores con el medio ambiente. Por otro lado, se han incorporado normativas de seguridad laboral que, al menos sobre el papel, debieran también influir en la producción.
La tradición española en el sector de las Artes Gráficas ha perdido algo de pujanza pero sigue teniendo fuerza con miles de empresas concentradas fundamentalmente en Cataluña y Madrid, en la primera con empresas específicas de Artes Gráficas y en la segunda con empresas del sector editorial. En conjunto, suman más del 50 por ciento de las empresas de toda España. Las grandes empresas han pasado casi todas a mejor vida y ya casi se pueden considerar como residuales; el concepto añejo de que el puesto de trabajo era para toda la vida ha pasado a los análisis históricos, dadas, además, las facilidades legales que las empresas tienen para hacer y deshacer a su antojo con los llamados “recursos humanos” .